El jueves pasado día 12 de mayo los
alumnos/as del colegio Carlos V nos fuimos de excursión a la granja-escuela “La
Casita”, situada en la localidad de las Casas de Juan Núñez.
Fue toda una
experiencia. A las 9 de la mañana comenzaba nuestra aventura, todos esperábamos
con la mochila cargada a que el autobús nos recogiera a la puerta del cole.
Allí nos esperaban nuestras tutoras, Lola la profe de apoyo, Genoveva, madre de Pablo, de tres años, y Carlos, padre de Claudia, alumna de cuatro años, que nos
acompañaban en aquella salida.
Nos hicimos
fotos en las aulas, fuimos al baño y comenzamos el viaje. ¡Qué ilusión!, poder
visitar nada más y nada menos que una granja-escuela. Sobre las nueve y veinte
nos subimos en el autobús. El viaje transcurrió con normalidad, y todos
estábamos nerviosos e impacientes por llegar lo antes posible. Por fin sobre
las 10 y cinco llegamos al lugar, situado en el campo, rodeado de pinos y
romeros. Allí nos esperaban nuestros monitores, que eran quienes nos iban a
ayudar en la realización de los talleres que nos habían organizado para ese
día.
Cuando
bajamos del autobús, hicimos todos juntos un gran corro y nos dieron la
bienvenida con una canción muy divertida. Después los monitores se presentaron
y nos distribuyeron por grupos de 10-12 niños según la edad.
Los talleres que se habían organizado para la ocasión fueron
El
horno, en el que elaboramos pan.
¡Estaba delicioso!
¡Estaba delicioso!
Paseo
en caballo, para los de 4 y 5 años ¡cuidado!, al principio daba un poco de
miedo porque había dos caballos muy grandes, pero al final nos hicimos amigos
suyos y nos lo pasamos fenomenal. Los de 3 años pasearon en burro con jardinera
y también lo pasaron muy bien. Éste
fue un taller muy especial, pues nos propusieron visitar los animales de la
granja. Era la actividad más esperada. Tuvimos dificultades para entrar en el
recinto donde estaban, pues había llovido y el suelo estaba lleno de barro,
pero con cuidado lo conseguimos; vimos los cerditos, ocas, patos, pavos reales,
ovejas… pero lo que más nos llamó la atención fue cómo mamaba un cabritillo que
había nacido hacía muy poco tiempo. Su mamá tenía las tetas llenas de leche,
que parecía que iban a explotar. Fue fenomenal el poder ver allí reunidos un
montón de animales.
Sobre la una del
mediodía nos llevaron a asearnos para ir a comer. Todo estaba preparado y
nuestras profes dispuestas para ayudarnos. El menú, de lujo, de primero, pollo
asado con patatas; de segundo croquetas y de postre, manzana. Una comida muy
sabrosa y sana.
Después de comer nos
llevaron a realizar el cuarto y último taller, que consistía en hacer un
saquito de hierbas aromáticas, para llevarlo a casa y ponerlo entre la ropa
limpia para perfumarla.
Con un poco de
tristeza, pues el día nos paso muy rápido, llegó la hora de marcharnos, y sobre
las cuatro menos veinte, nuestro autobús llegó. Nos despedimos de los monitores
que nos habían acompañado todo el tiempo, y nos subimos un poco cansados al
autobús.
El viaje de regreso fue
también interesante, pues de pronto una nube negra descargó su enfado en la
carretera por donde pasábamos y empezó a caer granizo y muchísima agua; parecía
como si esa nube también estuviese un poco furiosa, pues seguramente o quería
que abandonásemos la granja-escuela.
Llegamos pronto a
Albacete, y allí nos estaban esperando nuestras familias, impacientes por
nuestro regreso. Como ya era la hora de la merienda, algunos de nosotros
decidimos probar ese pan tan exquisito que habíamos hecho por la mañana.
Esperamos con
impaciencia el próximo viaje a la granja, pero eso será el año que viene.
¡Gracias por este día especial!
Las profesoras |
El reportero gráfico Carlos.